lunes, 8 de abril de 2013

Capuchino, el café con crema de leche


Capuchino, el café con espuma de leche



Si te gusta el café y te gusta la crema, te gusta sin duda el capuchino (cappuccino en italiano, proveniente de cappuccio, que significa "capucha"). El capuchino es una bebida típica de Italia, dónde se toma para desayunar. Preparar un buen capuchino puede parecer muy fácil pero puedes encontrarte con alguna dificultad. Lo que sin duda marca la diferencia es la textura de la leche y la espuma de leche.
El capuchino es conocido en todo el mundo, desde Italia se exportó a todo el planeta desde finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, aunque su popularidad a nivel mundial y la preparación cómo la conocemos hoy en día puede verse alrededor de 1950. Desde entonces se puede encontrar en cafeterías de cualquier ciudad de los 5 continentes. Además de Italia, el capuchino también es muy típico en algunos países de sudamérica como Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay.  Pero si miramos la historia de esta bebida para buscar sus orígenes podemos llegar hasta 1683, año en el que se produjo una batalla en la ciudad de Viena. Tras la batalla, los vieneses prepararon café usando sacos que abandonaron sus enemigos turcos. Este café resultó de un sabor muy fuerte y para hacerlo más suave añadieron crema y miel, lo que le dió al café un color similar al del hábito de los monjes capuchinos.

Cómo preparar un buen capuchino

El capuchino es café y leche que se texturizada con vapor, a la vez que se consigue espuma de leche. Se puede adornar luego con un poco de polvo de cacao o canela. Así, los ingredientes no son el secreto para preparar un buen capuchino, sino la técnica.

Ingredientes

  • 1/3 de café tipo expreso
  • 2/3 de leche, preferiblemente entera (se quedará 1/3 texturizada y 1/3 en forma de espuma)
  • Cacao o Canela en polvo (opcional)

Elaboración

Primero necesitamos un café expreso intenso. Lo preparamos y reservamos.
Para preparar un buen capuchino se necesitará una máquina que suelta vapor de agua por una varilla. Se pone la leche fría en un recipiente adecuado y se se introduce en la leche la varilla que suelta el vapor de agua. La leche se calentará a la vez que se le introducen miles de burbujas de aire que le dan textura a la leche y la hace de sabor más dulce. A la vez, se va formando una espuma de leche densa. En este proceso la leche no debe superar los 70ºC y se consigue lo que se conoce cómo leche cremada, que da la textura cremosa típica del capuchino.
La espuma conseguida tiene que ser consistente y compacta, de lo contrario se deshará rápidamente. La leche cremada se vierte con cuidado sobre una taza de cerámica (mejor que recipientes de cristal), dejando que la espuma caiga al final. Vertemos despacio el café.
Para terminar espolvorear con cacao o canela en polvo (opcional).



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